Alba Royo: lo más complicado es encontrar el equilibrio entre no hacer una moda clasista y recompensar mi moda sostenible
Redacción: Rubén Bailo
Imagínate un sitio alejado del estrés urbano. Cuatro paredes estampadas de motas lavanda y azul pastel protegen un entorno en el que rebota el eco de las telas rozando madera, tijeras chocando sus filos y un continuo chasquido que proviene de la máquina de coser. Objetivamente, otro taller de confección más, pero de cerca, el lugar de donde nacen unas prendas mágicas cargadas de significado, el lugar donde Shiwa se hace realidad.
Detrás de este exótico nombre está Alba Royo, una joven diseñadora que, con tan solo 28 años, ha logrado cumplir uno de sus sueños desde que era una niña: tener su propia marca de moda. Todos los días permanece detrás de la máquina de coser, y a la cabeza de su propia empresa para luchar porque ese sueño siga siendo real, y por transmitir unas vibras increíbles.
Shiwa es una marca 100% handmade. Cada prenda que Alba elabora guarda esa esencia de cariño y cuidado al detalle que las hace tan especiales. Bajo un lema de ética y sostenibilidad, está lista para contagiar su entusiasmo y pasión por crear un equilibrio palpable, al resto del mundo. Su state of mind te trasladará a una nueva forma de valorar cada prenda de tu armario.

Alba Royo, creadora de Shiwa
GET TO KNOW HER…
Sitios: ¿Tres adjetivos que definan Shiwa?
Alba: Ético, inclusivo y calma
Sitios: ¿A qué tendencias se amolda?
Alba: la metería dentro de las minimalistas
Sitios: ¿Que vibe quieres transmitir con tus prendas?
Alba: pretendo encontrar el equilibrio perfecto entre lo básico/natural y el detalle y la originalidad. La distinción y que la gente identifique mis prendas. La verdad es que estoy muy contenta porque mucha gente cuando las ve dice: “es que tiene algo que…”
Sitios: Has elegido la moda como campo profesional, ¿de dónde nace tu pasión por el arte?
Alba: Lo sabía desde súper pequeña. Fue algo espontáneo porque nadie de mi familia se dedica a esto. Tengo el recuerdo de infancia de que me preguntaran qué quería ser de mayor y yo estaba siempre entre diseñadora de moda o de interiores. Andaba todo el día pegada a los recortables.
Sitios: ¿Algún detalle sobre ti para conocerte un poco más?
Alba: Lo único que te puedo decir es que antes de esto era bailarina. Siempre he ido de la mano con arte, música y danza. Y bueno, los trabajos manuales son algo que llevo implícito, no se si en el ADN o dónde, pero es lo mío.
Sitios: Todos tenemos nuestros referentes, ¿cuáles son tus mayores fuentes de inspiración?
Alba: Intento estar pendiente de las tendencias, pero no soy de las que van corriendo a ver los desfiles en cuanto los publican. Dónde encuentro la mayor inspiración es en momentos de relajación y paz. La geometría, las líneas rectas y la arquitectura yo diría que son los tres elementos que más cosas despiertan en mí. Los protagonistas de mis momentos abstracción vaya.
Sitios: Si ahora mismo se te concediera cualquier deseo que afectará a Shiwa, ¿cuál sería?
Alba: ¡Qué complicado! Pues tener una tienda taller en el centro. Que la gente pudiera venir, poner cara a mis clientas… es algo sencillo pero que me haría mucha ilusión.
Actualmente, Alba trabaja en ampliar su colección Aidentiti, que juega con los básicos para ofrecer monos, camisas, conjuntos de tops y pantalones… de una forma más sostenible que nunca. Sin edad, género o discriminación de cuerpos, esta colección nace del cariño y la dedicación de una Alba más comprometida que nunca con justicia medioambiental. “Ahora mismo estoy trabajando ya en la nueva colección de verano”.
Además, nos cuenta en primicia un proyecto que está a pocos días de anunciar. Si queréis enteraros y descubrir de lo que hablamos os recomendamos que, libremente y sin compromiso, sigáis sus pasos en @shiwadesign.
Elaboraciones en el taller
Para todas esas almas fervientes del deseo de abrirse un hueco en un mundo tan competitivo como es el de la moda, ¿puedes contar cómo llegas a ser diseñadora?
Realmente fue por casualidad. Hice el bachillerato artístico aquí en Zaragoza y en segundo me metí a una optativa de joyería. Ahí ya me surgieron las dudas de si me metería al grado de moda o al de joyería. Al final por casualidades de la vida ni me pude meter a uno ni a otro, y acabé en una academia pequeña en Delicias con una mujer que llevaba toda la vida dedicándose a la confección y a la costura. Allí estuve formándome durante cinco años. Es precisamente de ella de la persona que aprendí todo lo referente al famoso oficio perdido de aprendiz, así que no se pareció mucho a lo que era la carrera.
Debió ser una experiencia muy diferente a lo que la gente piensa que es estudiar moda. ¿Qué te diferencia de los diseñadores de carrera?
Lo que he visto de los diseñadores que conozco que han estudiado el grado de diseño de moda es que la esencia de todo esto se ha acabado deformando y despegando de lo que es la profesión en si. Trabajar con las manos es mi pasión y si me hubiera metido al de moda se me habría quedado corto porque es centrarse mucho en el tema diseño, que está muy bien pero ahora que está tan informatizado es como que para mí pierde la esencia. A mí lo que de verdad me gusta es la profesión.
Después de estar tanto tiempo formándote, ¿de dónde nació esa necesidad de crear tu propia marca? ¿Cómo es ese proceso del que, realmente, tan poco se habla?
Fue por casualidad. Es como que el camino que seguí me llevó hasta dónde estoy ahora. La idea surgió de un desfile que hicimos el último año de carrera. Celebrábamos que nuestra profesora iba a jubilarse y aproveché para hacer contactos. Una marca de zapatillas de aquí fue la que me puso un poco la miel en los labios preguntándome si tenía pensado vender alguna de mis prendas. Sin tener nada planeado dije: “me tiro a la piscina a ver que sale”, y a través de una pequeña producción vi que fue algo que gustó mucho. Y aunque no le veía muchas salidas profesionales más que crearme lo mío por mi cuenta, al final salió bien. A veces lo pienso y no me creo hasta donde he llegado.
Supongo que esto es algo que te preguntarán muchísimo siendo de Zaragoza. Shiwa es una palabra en japonés y tiene varios significados, pero nos gustaría que nos hablaras de ello, ¿por qué el nombre de Shiwa y qué significado le das tú?
Sí, desde siempre me he sentido muy atraída por el mundo oriental, sobre todo por su diferencia cultural. Admiro mucho sus formas de cuidar los detalles de absolutamente todo y de hacer rituales de todas las cosas tradicionales. Pero para mí Japón tiene algo todavía más especial. De los diseñadores referentes que van saliendo de allí es como que todos tienen una visión muy distinta a lo que hay aquí.
Pero sin duda la geometría es algo que me inspira mucho de su cultura. Y retomando tu pregunta, la primera colección que lancé estaba inspirada en el origami, le puse el nombre de Shiwa y al final me quedé con él para la marca. El significado que yo elijo darle es el de arruga o pliegue, que es uno de los que se le atribuyen.

Hablas de tu colección más reciente como una “línea de moda sostenible”. ¿Qué la hace así?
En general acostumbro a usar tejidos de restos de stock que venden fábricas. Se les da una segunda vida que no aprovechan las grandes marcas. Cuando ideé la colección Aidentiti quise hacer algo más especial, y todos los materiales utilizados son 100% de algodón para que sean reciclables y orgánicos.
Cada pedido lo mando con un código QR que explica todos los cuidados de la prenda y lo que puedes hacer antes de tirarla a la basura. El caso es que se pueda reutilizar, intercambiar… Además, está confeccionado todo por mi, porque ya sabemos cómo y dónde confeccionan las grandes empresas, que de forma ética tienen poco.
Aún así es extremadamente difícil, porque sí, puedes pedir una prenda que venga de Alemania y que sea 100% orgánica, pero toda la huella de carbón que genera ese tejido hay que tenerla en cuenta. Me cuesta también utilizar la palabra sostenible por eso, pero yo sigo intentándolo hacer lo mejor posible. Ahora mismo a la hora de crear procuro guardar todos los retales en una bolsa para luego hacer un cojín y meter esos restos para que se vea que es residuo cero al 100%.
Defines tus diseños como prendas sin género. ¿Crees que una moda 100% ética debería no hacer diferencias de género?
Siempre he sido de la mentalidad de pensar que el género a la ropa se lo pones tú como consumidor, ya no como diseñador. Yo desde siempre he comprado ropa en la sección de “chico” y no he tenido nunca ningún problema. Pero si que veo que a la inversa es más complicado cambiar el chip.
Por mi parte estoy intentando visibilizar a más hombres en redes porque al final uno necesita un referente con el que sentirse identificado.
¿Cuál es tu filosofía de empresa y tus valores como profesional?
Sobre todo, la ética y la sostenibilidad dentro de lo que está en mi mano. Hago moda para todos los géneros y todos los cuerpos, a medida y con un trato muy personal. Todos los clientes pueden venir al taller y probarse la ropa si hace falta. La versión final de las prendas no es lo que ves en la página web.
Pero sin duda, intento transmitir ese espíritu de paz y tranquilidad de Shiwa que haga que en cuanto te pongas la prenda te sientas segura y con confianza
Por lo que vemos en tus redes, no paras ni un segundo de trabajar. Dentro de todo el proceso que es confeccionar y personalizar tus prendas, ¿cómo es tu método de trabajo?
Soy todo yo. Mi método de trabajo es: ✨trabajar todo el día✨*ríe*. Es el método de las autónomas y yo soy muy meticulosa. En Zaragoza además es súper complicado encontrar talleres de costura. Confecciono, diseño, llevo las redes… Intento llegar a todo lo posible
Hasta septiembre estuve compaginando esto con otros trabajos durante cuatro años. Es la primera vez que me puedo dedicar a esto y aunque no me esté yendo todo lo bien que me gustaría y esté todo el día trabajando, al final es una lucha continua. Yo que se lo que es no poder dedicarte a esto al 100% lo valoro mucho y voy a intentar mantenerlo.
Sabemos que has estado en la Aragón Fashion Week presentando tus desfiles, ¿qué medios utilizas para dar a conocer Shiwa?
He participado en todas las Aragón Fashion Week y es un gran escaparate. La experiencia de desfile siempre esta guay, es divertida, aunque se hace muy corta para todo el trabajo que hay detrás.
Me gusta también montar algún evento. He estado participando en mercadillos… Tampoco es que Zaragoza ofrezca muchas posibilidades.
¿Cómo de difícil es para tu generación comenzar y construir una carrera?
Es más fácil ahora que en el pasado, seguro. Tenemos la herramienta de las redes y eso siempre es una ventaja. Pero también te digo que el mundo cada vez está peor. Hay gente súper preparada que cobra un mal sueldo y trabaja donde puede, y luego que hay mucha más competencia.
¿Qué es lo más complicado a la hora de crear moda sostenible?
Lo que más me cuesta a mí poner un precio. Son muchas horas de trabajo y los materiales ecológicos son muy caros. Yo nunca he sido partidaria de hacer una moda clasista. Me gusta que todo el mundo se pueda permitir mis prendas, aunque sea ahorrando un poco. Encontrar ese equilibrio es lo que más me cuesta.
¿Cómo ves Shiwa en el futuro? ¿Crees que si se convirtiera en un éxito internacional perdería su esencia?
No porque me conozco y no iba a pasar por según que aros o a permitir que mi marca acabara difuminada. Aunque se delegara en el tema de la producción yo se que estaría siempre allí. Conseguiría mantener mi esencia.
Inspiration by Shiwa

¡Hey! No nos dejes 🙁 Vuelve a inicio desde aquí
Más artículos de «El Diario»
Planea tu tarde en menos de 5 minutos
O nutre tus curiosidades en nuestro «¿Sabías qué…?»